Un nuevo modelo de ratón permite estudiar la COVID-19 con más fidelidad a la enfermedad humana

Una forma más leve de la enfermedad, que afecta al sistema respiratorio y no al cerebro, como ocurre en los humanos
Disponer de modelos preclínicos fiables ha sido, y sigue siendo, fundamental para entender mejor la COVID-19 y avanzar en el desarrollo de tratamientos eficaces. En este contexto, el equipo de IrsiCaixa, en colaboración con el Centro de Investigación en Sanidad Animal del Instituto de Investigación y Tecnología Agroalimentarias (IRTA-CReSA), el IRB Barcelona y el Centro de Medicina Comparativa y Bioimagen de Catalunya CMCiB del Instituto de Investigación Germans Trias i Pujol (IGTP), ha publicado en la revista científica mBio un estudio en el que se presenta un nuevo modelo de ratón que imita con más realismo la enfermedad causada por el SARS-CoV-2 en humanos.
Hasta ahora, los modelos animales utilizados desarrollaban graves afectaciones neurológicas que conducían a la muerte de los ratones, un patrón que no refleja el comportamiento del virus en personas. En cambio, este nuevo modelo evita estas alteraciones cerebrales y reproduce una infección centrada en los pulmones y el tracto respiratorio, tal como sucede habitualmente en los humanos. Esto permitirá estudiar con más precisión la evolución de la enfermedad, evaluar nuevas estrategias terapéuticas e investigar la COVID persistente.
Una infección más leve y centrada en el sistema respiratorio
El objetivo del Grupo de Virología e Inmunología Celular de IrsiCaixa era conseguir un modelo que reprodujera mejor la respuesta humana a la infección por SARS-CoV-2. Para ello, el equipo del IRB insertó el gen humano ACE2 –la puerta de entrada del virus a las células– en una zona específica del genoma de los ratones. Esta modificación permite que el gen se exprese principalmente en los pulmones y en el tracto respiratorio, tal como ocurre en los humanos. Esto facilita que el virus pueda acceder, infectar las células y multiplicarse, reproduciendo así la dinámica real de la infección en el sistema respiratorio humano.
Cuando estos ratones son infectados con SARS-CoV-2, no presentan afectaciones en el cerebro, pero sí una replicación viral activa en los pulmones y vías respiratorias, acompañada de inflamación. A diferencia de los modelos anteriores, los ratones no mueren, sino que desarrollan una forma más leve de la enfermedad y acaban recuperándose. Este hecho representa un gran avance para la investigación preclínica.
Un paso adelante para combatir la COVID-19 y la COVID persistente
Este nuevo modelo es una herramienta esencial para entender mejor cómo actúa el virus dentro del organismo y para probar nuevas estrategias preventivas y terapéuticas. A pesar de los grandes avances en vacunación, todavía son necesarios antivirales eficaces que permitan evitar formas graves de la enfermedad o revertir sus efectos.
Además, este modelo también abre la puerta a profundizar en el estudio de la COVID persistente, una condición que afecta a miles de personas que continúan con síntomas meses o incluso años después de la infección. Comprender mejor esta realidad es clave para desarrollar tratamientos específicos y mejorar la calidad de vida de los afectados.