Un grupo de genes podría anticipar la respuesta a un tratamiento clave contra el cáncer de mama

La firma genómica KIMA identifica a las pacientes con cáncer de mama HR+/HER2– con menor respuesta a los inhibidores de CDK4/6, permitiendo tratamientos más personalizados
Los inhibidores de CDK4/6, combinados con terapia hormonal, son hoy en día el tratamiento estándar para un tipo de cáncer de mama avanzado; concretamente, el que se caracteriza por la expresión de receptores hormonales (HR+) y HER2 negativo (HER2–). Este tratamiento actúa bloqueando las proteínas CDK4 y CDK6, las cuales son responsables de controlar la división y el crecimiento de las células. Al inhibirlas, se consigue que las células cancerosas no crezcan tan rápido. No obstante, no todas las pacientes responden igual: los tumores de algunas de ellas progresan rápidamente pese al tratamiento. Por eso, es fundamental encontrar biomarcadores que permitan predecir la eficacia de estos fármacos y personalizar el abordaje.
Un estudio coordinado desde Badalona por IrsiCaixa, el Instituto Catalán de Oncología y el Instituto de Investigación Germans Trias i Pujol (dentro del programa CARE) ha identificado KIMA, una firma genómica que permite anticipar qué pacientes con cáncer de mama HR+/HER2– responderán peor a los inhibidores de CDK4/6. El hallazgo, publicado en la revista Clinical and Translational Medicine, puede ayudar a personalizar terapias y diseñar nuevas combinaciones.
“Desde el consorcio IrsiCaixa-IGTP-ICO analizamos casi un centenar de pacientes tratadas en el ICO Badalona. Un 57% de ellas presentó una buena respuesta al tratamiento, con más de dos años sin progresión del tumor, mientras que el 43% restante mostró una evolución desfavorable, con recaída a los pocos meses”, exponen los primeros autores del estudio, el Dr. Eudald Felip, oncólogo del ICO e investigador postdoctoral de IrsiCaixa, y la Dra. Edurne Garcia-Vidal, investigadora postdoctoral de IrsiCaixa.
Una activación inmunitaria que juega en contra
Al comparar ambos grupos, el personal investigador observó que las pacientes de mala respuesta tenían tumores con una activación anómala del sistema inmunitario. Esto, lejos de favorecer la lucha contra el tumor, se asocia a un entorno inmunológico que ayuda al cáncer a resistir el tratamiento.
De este análisis nació KIMA (Key Immune Activation), una firma compuesta por la expresión combinada de nueve genes –entre ellos STAT1, FOXP3 y TIGIT– cuya alta presencia predice una peor evolución de la enfermedad: una progresión más rápida y una supervivencia global más corta. De hecho, el tiempo medio hasta la progresión de la enfermedad varía de 11 meses en las pacientes con alta presencia de KIMA a 36 meses en aquellas con baja presencia.
El resultado se validó además en un segundo estudio clínico, en el que también se comprobó que las pacientes que no respondían a los inhibidores de CDK4/6 tenían niveles más altos de KIMA.
“Lo que hemos visto es que, en este tipo de cáncer, un sistema inmunitario muy activado no significa más defensa, sino más resistencia del tumor. Esta firma genética nos permite identificar a estas pacientes desde el inicio y abre la puerta a combinar los inhibidores de CDK4/6 con nuevas estrategias inmunomoduladoras”, explican las coautoras senior del trabajo, la Dra. Ester Ballana, líder del grupo de investigación Interacciones Virus-Huésped (ViHIT) en IrsiCaixa, y la Dra. Mireia Margelí, oncóloga e investigadora del ICO y el IGTP en el Grupo de Investigación Aplicada en Oncología de Badalona (B·ARGO).
Así pues, los resultados del estudio apuntan a que KIMA podría usarse como herramienta clínica para seleccionar mejor los tratamientos.