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IrsiCaixa trabaja en el desarrollo de anticuerpos sintéticos que impidan la infección por SARS-CoV-2 gracias al apoyo de la Fundación Gloria Soler

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Las moléculas, diseñadas y producidas en el laboratorio en el marco del consorcio CBIG, podrían ayudar a prevenir y tratar la COVID-19

A pesar de la disponibilidad de diferentes vacunas eficaces contra la COVID-19, seguimos necesitando tratamientos específicos contra el SARS-CoV-2 que permitan curar o prevenir la enfermedad. Es por ello que la Fundación Gloria Soler ha decidido impulsar un proyecto del grupo de Virología e Inmunología Celular (VIC) de IrsiCaixa, que tiene como objetivo desarrollar anticuerpos sintéticos capaces de bloquear la infección por el SARS-CoV-2. Estas moléculas, diseñadas y producidas en el laboratorio en el marco del consorcio CBIG –formado por IrsiCaixa, el Barcelona Supercomputing Center y el Centro de Investigación en Sanidad Animal (CReSA) del Instituto de Investigación y Tecnología Agroalimentarias (IRTA)–, se unirían al virus con mucha afinidad e impedirían su entrada en las células. Así, este tratamiento podría ser útil tanto para prevenir la infección como para tratar a las personas con COVID-19.

Los anticuerpos, tan mencionados últimamente, son moléculas que pueden reconocer regiones de los virus u otros agentes patógenos y unirse a ellos. De este modo, consiguen, por un lado, envolver el virus e impedir que se una a la célula para infectarse, y, por otro, enseñar a otras moléculas del sistema inmunitario dónde está el agente que hay que eliminar. "Queremos imitar esta maquinaria tan sofisticada que tiene el propio cuerpo para defenderse e, incluso, mejorarla. Lo queremos hacer produciendo anticuerpos en el laboratorio que no sólo sean capaces de reconocer el SARS-CoV-2 para una región, sino por dos, potenciando así su efectividad ", explica Julià Blanco, investigador IGTP en IrsiCaixa y coordinador del proyecto.

 

Fusionar moléculas para conseguir anticuerpos más potentes

Con el fin de bloquear el SARS-CoV-2 de manera más efectiva, el personal investigador ha diseñado anticuerpos sintéticos capaces de reconocer la proteína de la espícula del virus (Spike en inglés) por dos regiones diferentes: las subunidades S1 y S2. Para conseguir este doble reconocimiento, en el proceso de creación de los anticuerpos sintéticos se ha añadido, por un lado, una parte del receptor ACE2 –proteína situada en la superficie de las células de nuestro organismo y que se une a la subunidad S1 del virus– y, por otro, una molécula antiviral que reconoce la subunidad S2 del virus.

Para producir estas moléculas tan complejas y conseguir que su actividad sea óptima, se están llevado a cabo diferentes pasos. En primer lugar, el Barcelona Supercomputing Center está mejorando el diseño de los anticuerpos sintéticos para aumentar su actividad. En segundo lugar, IrsiCaixa produce los anticuerpos en sus laboratorios. Y, finalmente, tanto IrsiCaixa como el IRTA-CReSA testan estos anticuerpos en modelos animales. "Hemos visto que, cuando añadimos estas modificaciones, los anticuerpos se unen de una manera muy potente al virus y su eficacia para bloquear la infección aumenta mucho", expone Benjamin Trinité, investigador post-doctoral en IrsiCaixa.

 

Un tratamiento útil contra las variantes actuales y futuros coronavirus

El receptor ACE2 es una proteína localizada en algunas de las células de nuestro cuerpo que usan todos los coronavirus para poder infectarlas. El hecho de que estos anticuerpos sintéticos tengan fusionada una parte de este receptor implica que se podrían unir a cualquier virus de la familia del coronavirus, y también a sus variantes. "Hemos probado nuestros anticuerpos contra el SARS-CoV-2 y el SARS-CoV-1 y los resultados son muy prometedores, ya que en ambos casos impiden la infección", remarca Blanco. "Contar con un tratamiento que pueda impedir la enfermedad causada por cualquier variante sería clave para detener la actual pandemia", añade. Como estos anticuerpos sintéticos actúan impidiendo la infección, podrían actuar como tratamiento profiláctico –es decir, previniendo la infección–, pero también como fármaco para detener la replicación viral y modular la respuesta inflamatoria en pacientes que ya tengan la infección.

Actualmente, y para poder mantener la pandemia bajo control, es necesario que tanto los anticuerpos producidos de manera natural como los sintéticos puedan proteger a la población ante las nuevas variantes. En este sentido, IrsiCaixa evalúa de forma continua y exhaustiva la eficacia de estos anticuerpos contra las nuevas variantes del SARS-CoV-2 que van apareciendo.

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