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IrsiCaixa y Vall d’Hebron mapean el reservorio de VIH y describen el atlas de células donde se esconde el virus

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Es la primera vez que se analizan todas las células que conforman el reservorio de VIH en sangre a la vez, describiendo cómo y en qué subtipos celulares en concreto se encuentra este reservorio en personas que reciben tratamiento antirretroviral

Los tratamientos antivirales contra la infección por VIH no consiguen eliminar el virus del cuerpo. El hecho de que el VIH sea capaz de pasar desapercibido en el ADN de las propias células que infecta hace que la erradicación de este virus sea todo un reto para la comunidad científica. Para poder conseguirlo, pues, es necesario describir al detalle cuál es la contribución de cada uno de los tipos celulares que proporcionan cobijo al VIH en la persistencia de este virus dentro del organismo, tal y como acaba de hacer el grupo de Retrovirología y Estudios Clínicos (GREC) del Instituto de Investigación del Sida IrsiCaixa –centro impulsado conjuntamente por la Fundación "la Caixa" y el Departamento de Salud de la Generalidad de Cataluña–, junto al grupo de Investigación Traslacional del VIH del Vall d'Hebron Instituto de Investigación (VHIR). Por primera vez, el personal investigador ha estudiado, de manera simultánea, si el VIH se esconde por igual en los 13 subtipos celulares analizados, así como cuál es la contribución de estas células en el reservorio. "Hemos observado que cada subtipo celular contribuye a la persistencia del reservorio mediante mecanismos diferentes, tales como la susceptibilidad a ser infectados, la cantidad de virus intacto que esconden, su vida media y la capacidad de proliferación", explica Cristina Gálvez, primera autora del estudio e investigadora postdoctoral en IrsiCaixa. Conocer este atlas de reservorio viral permitirá que la comunidad científica diseñe estrategias de erradicación más precisas y efectivas.

El VIH es capaz de infectar prácticamente con exclusividad a un tipo de células específicas del sistema inmunitario, llamadas linfocitos T CD4. Dentro de estas mismas células es donde el virus se esconde del sistema inmunitario, formando un reservorio viral que sale de su escondite cuando se abandona el tratamiento, impidiendo erradicar la enfermedad. “Dentro de los linfocitos T CD4 se han descrito al menos 13 subtipos celulares diferentes que pueden actuar como escondite del virus durante el tratamiento antirretroviral. Para poder diseñar estrategias precisas dirigidas a reducir el reservorio viral queríamos cuantificar cuáles de estos subtipos tenían más virus escondido para poder abordarlos de forma prioritaria”, detalla Javier Martínez-Picado, investigador ICREA en IrsiCaixa, quien se sorprende de que “los resultados han sido algo diferentes de lo que nos esperábamos”.

 

Un mosaico heterogéneo de células

Mediante muestras de sangre periférica de 14 personas que se visitan en el Hospital Vall d’Hebron y que viven con el VIH desde hace más de 3 años con tratamiento antirretroviral, el personal investigador ha podido analizar cuál es la contribución de cada subtipo celular en el reservorio viral y, por tanto, en la persistencia del virus dentro del organismo.

“Aunque esperábamos encontrar un patrón marcado en la contribución en la persistencia viral, después de este estudio podemos confirmar que el VIH, bajo tratamiento antirretroviral, está presente en los 13 subtipos celulares que infecta, aunque de forma heterogénea”, comenta Martínez-Picado. “Los resultados proporcionan nueva información sobre la composición global del reservorio de VIH en sangre en personas que reciben tratamiento antirretroviral”, añade. Cada uno de estos marcadores contribuye de una forma u otra a que el virus persista en los linfocitos T CD4 o a que este salga del escondite bajo ciertas condiciones. Además, hasta ahora no se conocía si todas estas células contenían virus con potencial infeccioso. “La mayoría de células contienen virus defectuosos que no se pueden replicar, pero lo que hemos visto en nuestro estudio es que los 13 subtipos celulares tienen VIH con potencial de infectar nuevas células”, explica Maria José Buzón, investigadora principal del VHIR y una de las autoras del estudio. “Este hallazgo nos ayudará a reenfocar las posibles estrategias clínicas de curación de la infección por el VIH”, confirma Buzón.

Los resultados del estudio, publicado en la revista mBio de la American Society for Microbiology, muestran que los valores de estos parámetros son diferentes por cada subtipo de linfocitos T y que, por tanto, cada uno favorece a la persistencia del virus mediante diferentes mecanismos. Sin embargo, todos ellos están involucrados en el mantenimiento del reservorio viral.

“Uno de los subtipos celulares que más puede llamar la atención después del análisis son las células T naive, puesto que presentan todos los parámetros estudiados con valores muy bajos. Sin embargo, no por ello debemos subestimar la contribución de este subtipo celular en el reservorio viral, ya que a partir de estas células se derivan otras, también del reservorio, que presentan parámetros con valores más elevados”, ejemplifica Gálvez.

 

Combinar estrategias para erradicar el VIH

A raíz del estudio realizado, los equipos de IrsiCaixa y Vall d’Hebron han proporcionado nuevas evidencias científicas en relación con el reservorio del VIH. Los resultados obtenidos llevan a concluir que, para que las estrategias de erradicación del virus sean efectivas, estas no pueden dirigirse a subtipos celulares concretos del reservorio, sino que deben poder abarcar todos los linfocitos T, cada uno con sus características. “Haber hecho por primera vez el minucioso estudio simultáneo de cada subtipo celular ha permitido entender que es necesario encontrar estrategias que permitan detectar cada una de estas células que conforman el reservorio. Una posible intervención sería encontrar tratamientos que hagan visible el reservorio, como los Agentes Reversores de la Latencia, y que, de este modo, el sistema inmunitario o la combinación de otros tratamientos con estos agentes reversores puedan atacar a estas células que contienen virus”, concluye Martínez-Picado.

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